Defensa de la vida
El PSOE concluyó su 37 Congreso Federal con una ponencia marco a la que se le presentaron más de 5.000 enmiendas que van desde la regularización de la eutanasia a la reforma de la ley del aborto, entre otras.
En relación a la eutanasia, vocablo alojado en el diccionario científico por Francisco Bacon en 1623, es una acción que provoca la interrupción de la vida del enfermo grave o también del niño recién nacido, con malformaciones. Para la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, es juzgada la eutanasia como la eliminación de la existencia de un ser humano que sufre un padecimiento doloroso e irreversible.
En Alemania la eutanasia ha provocado la muerte de 275.000 seres humanos. En la actualidad se ha generalizado a los niños nacidos con deterioros corporales, incluso se ejercita una eutanasia anterior al nacimiento, y también en longevos e inválidos que son calificados como una hipoteca para la sociedad.
La solución a este problema son los cuidados paliativos que no radican en impedir que el enfermo fallezca, sino en intentar que la muerte se desencadene sin congoja y con el menor dolor posible. La eutanasia, por lo tanto, es una grave transgresión de la Ley de Dios, en cuanto que es una aniquilación premeditada y moralmente inadmisible de una persona humana. La eutanasia es una derrota personal de quien la teoriza, la decide y la practica.
Sobre el aborto cabe decir que se ejecutan, anualmente, mas de 26 millones en todo el orbe, aseveran el profesor Tonino Cantelmi –psiquiatra y psicoterapeuta- y Cristina Carace –psicóloga clínica-, en un artículo divulgado por Zenit.
Por otra parte la premio Nóbel de la Paz, Teresa de Calcuta, afirmó que “el mayor destructor de la paz es el aborto porque si una madre puede matar a su propio hijo ¿qué queda para que yo te mate a ti o tú a mí? No hay ninguna diferencia”.
El recordado Juan Pablo II, en su Encíclica Evangelium vitae, afirmó: “El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va desde la concepción al nacimiento. Jamás se puede justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente que debe ser respetado y tratado como una persona, desde el mismo instante de su concepción”.
“El niño por nacer es un ser humano a partir de la concepción, y su vida debe ser respetada. Esa vida fue redimida por Cristo, esa vida es un regalo de Dios”, afirma Karl Barth.
“El aborto directo, querido como fin o como medio, así como la cooperación al mismo, bajo pena de excomunión, porque el ser humano, desde el instante de su concepción, ha de ser respetado y protegido de modo absoluto en su integridad”, afirma el Catecismo de la Iglesia Católica.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
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