Saturday, May 08, 2010

Los hijos víctimas de la televisión

Los hijos, víctimas de la televisión
No es malo pasar horas delante del televisor; lo malo es lo que esta realidad tiene de pasividad social, de no saber buscar otras formas de llenar el tiempo de ocio. Es la demostración empírica de que algo no funciona. En principio, parece que la lectura, la conversación, la tertulia familiar, la reunión de amigos o el estudio, han pasado a ser cosas de otro mundo.
En cambio, esta cuestión adquiere cierta gravedad cuando son los niños los que pasan muchas horas ante los televisores, y hasta una tercera parte de las horas en que están despiertos, y fuera de los horarios infantiles. El Código de Autorregulación de contenidos en horario infantil, de 17 a 20 horas, rubricado por las cadenas televisivas y los Gobiernos, ha sido infringido por todas las televisiones muchas veces. Éste es el corolario del Informe del Centro Universitario Villanueva y la Federación de Telespectadores y Radioyentes.
A su vez, los jóvenes que visionan la televisión tres horas cada día alcanzarán un mayor riesgo en el interés por su adiestramiento durante la juventud y en el arranque de su existencia adulta, según una investigación efectuada por la Universidad de Columbia y el Instituto Psiquiátrico de Nueva York.
Por otra parte, la nueva Directiva de Televisión sin Fronteras exige a los Estados y a la Comisión Europea que impongan a las cadenas televisivas, refrendar códigos de conducta por los que se comprometan a no difundir anuncios de “comida basura” en las programaciones para niños. Esta reglamentación tutelará la televisión convencional.
Por otra parte, el director de Digney Chanel afirmó “tenemos vocación de ser una televisión con una programación familiar, dedicada a niños de hasta 12 años. Nuestro valor diferencial es, precisamente, la familia”. Esta cadena podría ser la alternativa a la “televisión basura”.

También Inglaterra ha estrenado una indagación en la que se analiza si los programas infantiles dejan una secuela perniciosa en el progreso mental de los niños. El moderador anglosajón de la comunicación, Ofcom, vigila los canales destinados a la programación infantil.

Las amenazas de la televisión niñera ya fueron prevenidas a través de una investigación gala que aseveraba que, estar horas delante de la televisión, quebranta a los bebés menores de tres años, al avivar la holganza, retardar la adquisición del habla, aumentar la zozobra, disminuir la reflexión y acrecentar la incidencia de los desarreglos en el sueño. Por todo ello, el Consejo Superior Audiovisual galo, prohibió a las cadenas de televisión dirigidas a los niños, realizar programas orientados a los niños.

Además, otras instituciones piden una campaña que procure cambiar las conductas de muchos de los progenitores, que toman la televisión infantil como una niñera, colocando a los chiquillos delante del televisor durante horas. “No es aconsejable que la televisión sea empleada como “baby-sitter” o un medio de tener controlados a los niños”.

Además, los niños que se quedan durante horas frente a la pequeña pantalla o medios audiovisuales sin tope, tienen mayor tendencia a sufrir gordura, adicción al cigarro y a las bebidas etílicas, a un acto carnal inmaduro y a un escaso rendimiento escolar. Estos son los resultados del estudio: “Medios y salud infantil y adolescente”, divulgado por Common Sense Media, una institución estadounidense sin afán lucrativo, que ambiciona optimizar el esparcimiento infantil. La investigación hace un examen de los 173 tratados sobre el empleo infantil de los medios audiovisuales en los últimos años.

La indagación, en la que asimismo han intervenido la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y el California Pacific Medical Center, asevera que “La media de visión es de unas 45 horas por semana, frente a las 17 pasadas con los padres o las 30 en la escuela”. El análisis intenta llamar atención de los progenitores, no tanto para impedir el empleo de los medios audiovisuales, como para reforzar sus efectos positivos. También aconseja a los familiares reducir las horas que los hijos pasan ante la televisión. A la vez, propone que los hijos “dediquen más tiempo a jugar en lugar de ver y que practiquen juegos reales y no virtuales”.

El análisis plantea que, en los institutos, se eduque a ser “consumidores inteligentes de contenidos audiovisuales”, porque juzga que las escuelas tienen un papel importante “para ayudar a los niños a utilizar los medios audiovisuales y a equilibrar su uso con actividades más saludables”. Del mismo modo propone un retorno al deporte, como parte del perfeccionamiento que precisan los colegiales.

En esta sociedad decadente hay que valorar al niño en toda su dimensión y trascendencia como una persona en desarrollo. La televisión no puede ser cuidadora de niños, aunque los mantenga sin protestar ni hacer ruido. La responsabilidad de los padres adquiere un papel importantísimo. La adicción televisiva conduce a la inactividad, a la pereza y a la negación de otros mundos y actividades. Abstrae e hipnotiza.

Clemente Ferrer
Presidente del Instituto Europeo de Marketing
clementeferrer3@gmail.com

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