La telebasura, vil como la droga
La telebasura comenzó en Holanda con la serie “Gran Hermano”, como un experimento televisivo. El programa se transmite en la actualidad en la mayoría de los países del mundo. En España, nació en 1999 con un 51 por ciento del “share”. En todas la ediciones prima el sexo, la violencia y los comportamientos poco éticos.
Está claro que el medio televisivo camina hacia el mal gusto, la vulgaridad, la ordinariez y la mediocridad. Todo ello con un solo objetivo; la búsqueda de las audiencias.
Existe una frontera entre lo violento y lo no violento, lo moral y lo inmoral. Ese límite no puede ser traspasado por el respeto que merecen los telespectadores. No podemos olvidar que la telebasura es un peligro mas arduo que el del terrorismo o la droga.
Se debe diseñar una televisión más abierta, más libre, y sobre todo, realizarla desde la pluralidad y la diversidad ya que es una ventana abierta al mundo desde las distintas perspectivas que animan sus correspondientes proyectos informativos.
El Código de Autorregulación que firmaron los operadores de televisión con el Gobierno, apenas ha provocado cambios en la programación, según un estudio del Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales.
Es necesario eliminar de las parrillas todos las series violentas, insolentes y eróticas, que pueden ofuscar a los telespectadores que, ante semejantes aberraciones, pueden terminar trastornados.
No podemos consentir que se produzca la aseveración de Lope de Vega; “Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto”.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
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