Niños y ancianos
Con 801.000 criaturas nacidas durante 2008 en suelo galo, Francia se sitúa, junto a Irlanda, como el terruño de la Unión Europea que ha conseguido el índice más alto de fertilidad, esto es, 2,01 retoños por madre. Conforme a las cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos, la edad media de las mujeres embarazadas ha rondado en 2008 las 30 primaveras. Aclara Anne Pla, portavoz de este organismo, que esta es una inclinación generalizada en toda Europa, con la excepción de los países últimamente integrados en la Unión Europea. Los críos con mamá de más de 35 años han pasado a representar el 21,5%, frente al 16,5% de hace algunos lapsos de tiempo.
Las alianzas libres siguen ganando terreno al matrimonio, el “pacto civil de solidaridad” (PACS), creado en 1999, ha acrecentado sus partidarios desde que en 2005 se equiparara su régimen fiscal con el de los unidos por la Iglesia Católica. Con un resultado de 140.000 PACS en 2008, frente a 273.000 casamientos, la rúbrica de un PACS por cada dos matrimonios representa un notable crecimiento de una figura jurídica que en 2003 se contaba todavía en la proporción de uno a nueve. Al contrario de lo que pudiera imaginarse, una gigantesca mayoría de estos PACS, alrededor del 94%, enlaza a mortales de sexo diferente.
Con una población de 64,3 millones de autóctonos, Francia es el segundo terruño europeo en población detrás de Alemania que tiene 82,1 millones. A pesar de los positivos datos sobre la fecundidad, Francia sigue siendo un país que se avejenta. La cantidad de mortales con 75 años se ha acrecentado en los últimos tiempos en más de un 35%, esto es, a una rapidez casi cinco veces superior a la del total de la población. Por el contrario, el porcentaje de quienes tienen menos de 20 años se sostiene invariable, en torno al 25%.
Asimismo la esperanza de vida, logra una media de 84,3 años para las madres y los 77,5 años para los padres. Las mujeres galas continúan situándose entre los primeros puestos de la senectud europea.
Por otra parte, los informes que la Oficina Nacional de Estadística inglesa divulgó sobre el envejecimiento de la población, descuella que, sobre hombres y mujeres de mediana edad, recae el cometido de cuidar a la prole, y también a los nietos, al tiempo que deben emplearse del cuidado de unos progenitores longevos. A la vez, exhiben las cifras de que, cerca de un mortal por cada cuatro, habrá logrado la edad de los 65 años en menos de 25 lapsos de tiempo, mientras que los viejos de 85 años podrían doblar el número actual y superar los tres millones de ancianos. La dificultad que se les plantea a muchos personas será el de cuidar de sus padres octogenarios cuando para ellos mismos arriba el tiempo de la jubilación.
“Álzate ante una cabeza blanca y honra la persona del anciano. En los ancianos está la sabiduría, y en la persona longeva, la sensatez”.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
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