La controversia sobre la eutanasia suele moverse en torno a casos límite. Pero la ley se hace para la mayoría, y por eso es importante atender a los resultados de los pocos terruños que la han legitimado. El Dr. Herbert Hendin, estudió sobre el terreno la experiencia de Holanda, y donde conversó con sus principales alentadores. Hendin es catedrático de Psiquiatría en el New York Medical College y una autoridad en la prevención del suicidio. Se proporciona una selección de párrafos de su libro
“Mi experiencia con enfermos graves con tendencias suicidas me hacía temer que éstos se convertirían en víctimas en una situación en la que el suicidio asistido y la eutanasia fueran legales. Éste era mi temor cuando empecé a estudiar la eutanasia, y lo que vi en Holanda me confirmó que este temor estaba justificado.
P+ensé que, como en Holanda la asistencia sanitaria está garantizada para todos, la eutanasia se situaba allí en un contexto en el que los pacientes tendrían como alternativa unos cuidados paliativos mejores que los que tenemos en Estados Unidos. Pero me di cuenta de que esto no era cierto, y de que además la aceptación de la eutanasia estaba llevando precisamente a que se descuidara el desarrollo de los cuidados paliativos.
Esto puede parecer sorprendente, pero igualmente sorprende que la eutanasia, al contrario de lo que esperan sus promotores, incremente el poder de los médicos, no el de los pacientes. Esto ocurre porque los médicos pueden proponer la eutanasia (lo cual tiene una gran influencia en la decisión del paciente), pueden ignorar la ambivalencia del paciente, pueden dejar de proponer alternativas y pueden matar a pacientes que no lo habían pedido.
Para mí fue igualmente importante darme cuenta de que es imposible regular la eutanasia. Saqué esta conclusión de los informes del gobierno holandés, de hablar con los investigadores que los hicieron, y de los casos que me presentaron. El hecho de que el reconocimiento legal crea un clima cultural que favorece la desobediencia a cualquier normativa es algo que queda bien reflejado en que el 25% de los médicos reconocen haber dado medicinas para acortar la vida sin el consentimiento de los pacientes. El asesoramiento ha quedado en un mero formalismo. A los pacientes no se les ofrecen alternativas. Y como en la mayor parte de los casos no se informa a las autoridades, la regulación es imposible”.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
No comments:
Post a Comment