Niños soldado y niñas violadas
En la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, se asevera; “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata.”
Las guerras han liquidado a mas de dos millones de críos, seis millones de lisiados y un millón de huérfanos en la última década. Han sido más de 15 millones de chiquillos expatriados. En toda la tierra hay mas de 600.000 niños soldado.
“Forzados a ser soldado.” Sierra Leona es un país en el que se ha anidado con brutalidad esta tribulación. Chiquillos y niñas han sido raptados, martirizados y se ha abusado carnalmente para implantar el rencor y la tendencia al asesinato. Obligados para ser espectadores de la muerte cruel de sus propios padres, testigos de la destrucción de arrabales. Narcotizados con cocaína para perpetrar acciones militares salvajes.
Si bien el alistamiento de menores de 18 años, en las guerras dotadas de armamento bélico, constituye un crimen de guerra, Amnistía Internacional ha revelado que en más de 35 países los ejércitos, las fuerzas paramilitares y los grupos armados de la oposición, descansan en soldados que no han cumplido los 15 años.
Se envían los chiquillos a primera línea de fuego, como patrulla y guardaespaldas; son cocineros y transportadores de armamento, el agua o los comestibles. Pero el caso de las chiquillas es degradante, son las primeras atormentadas por los abusos carnales realizados por el resto de los reclutas que les originan traumatismos penosos, embarazos y otras dolencias, como el sida. Algunas crías han tenido que intervenir en actos sexuales y de canibalismo con los cuerpos de los adversarios ya cadáveres, bajo los efectos de las bebidas etílicas o los alcaloides.
El observador de la citada ONG en África Oriental, Andrew Mawson, señala que estas actividades fanáticas están arruinando a toda una generación. La devastación de estas adolescentes vidas, afligirá a Uganda durante dilatados lapsos de tiempo. Repite de nuevo una campaña publicitaria bajo el eslogan; “Niño soldado” “Lo pondrán en primera línea. Y si muere, irán a una escuela a buscar otro. Y después a otro...” “Secuestran a los chiquillos con intención de convertirlos en auténticas máquinas de matar”, afirma Jean-Charles, que realiza su labor solidaria en Guru, al norte de Uganda.
“Muertos y mutilados que me persiguen en mitad de la noche, aviones lanzando bombas desde el aire y rebeldes asesinando pueblos enteros”; éstos son los delirios que, el muchacho de 18 años Kenneth Opwonya, todavía tiene desde que se evadió del Ejército de Resistencia.
Escuálido y bajito, como la mayoría de los ugandeses, razona con un tono exiguo y con una mirada lúgubre y profunda, acerca de su experiencia como cautivo del LRA. Diserta de cómo fue forzado a asesinar contra su voluntad. “Cuando los rebeldes te decían que tenias que matar a alguien, si te oponías, te mataban ellos o le decían a otra persona que te matara, con sus propias manos”.
Rememora cómo los oficiales obligaban a la gente para que se tumbase boca abajo con el fin de que no se les viera la rostro en el momento en que se les iba a matar. Había momentos en los que la munición escaseaba y, al no poder malgastar balas, les obligaban a asesinar a las víctimas con las bayonetas.
Kenneth, residió con su parentela en un campo de desplazados. Desde que escuchó hablar del proyecto “Jesuit Refugee Service”, en Kitgum, resolvió incorporarse. A los chiquillos los adiestran en las distintas habilidades para que, los ex soldados, puedan valerse por sí mismos.
Aún permanecen en el Continente Africano 250.000 críos en poder de regimientos y grupos de guerrillas. La niña soldado China Keitetsi se esfuerza desde Dinamarca para combatir este estigma. Opina que el universo “ha traicionado a muchos africanos” que exponen, en una patera, sus vidas para arribar al Continente Europeo
No ha sido capaz de tornar a Uganda, pero está edificando en Ruanda un hogar para la prole de las chiquillas que, como le sucedió a ella, liquidaron su virginidad en primera línea de fuego.
China Keitetsi asevera que “hablar sobre mí se ha convertido en un arma para ayudar a otros niños soldado. El dolor es parte de ti para siempre. Aprendes a vivir con ello, aceptas lo que ha pasado y ya no lloras todos los días”
“Te rapan el pelo, te convierten en un pequeño soldado que debe andar y hablar como un chico. Debes ser dura demostrar que eres tan fuerte como los demás. Al mismo tiempo eres un objeto sexual”, añade Keitetsi. Todo era aterrador, resistía con trece años y tenía que dar a luz sola en la jungla, detrás de haber yacido ajada por la violación.
Según la ONU, más de dos millones de niños han muerto en situación de conflicto armado y seis millones sufren amputaciones o incapacidad irrecuperable.
Clemente Ferrer is the President of the European Institute for Marketing, Communication and Advertising.
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