Mi última borrachera entre adolescentes
Los jóvenes ya podrán comprar bebidas etílicas de alta graduación a partir de las 22 horas en los establecimientos de venta nocturna. El proyecto de ley ha originado, entre la clientela y los empresarios, una condena ya que va en contra de los compromisos de los poderes públicos de desarraigar el derroche de bebidas alcohólicas entre los adolescentes.
Por otra parte, el destacado presentador Ted Williams, cuya voz nunca fue vulnerada durante el tiempo en que su adhesión al consumo a los néctares etílicos y a los narcóticos, hizo del empedrado callejero su refugio. El imprevisto cambio de trayectoria, de ser un indigente que vagabundeaba por las calzadas de Estados Unidos, a transformarse en el presentador más ansiado de todos los medios de comunicación. Inició su declive cuando ingería una botella de whisky todos los días, mientras seducía a los radioescuchas de la emisora de jazz en la que bregaba, bebía mientras estaba en antena. Incurrió en pequeños robos para cubrir sus necesidades etílicas. Fue arrestado en varias ocasiones como un ladrón habitual. Mostraba su timbre de voz y modulación a cambio de una ayuda dineraria o limosna. Llevaba una proclama que concretaba; “Dios me ha dado el don de mi voz”. Le escuchó un famoso periodista que le brindó la oportunidad de volver a comenzar de nuevo. Publicó su desgarradora semblanza y Youtube hizo el resto. Williams será el locutor del equipo de baloncesto de los Cavaliers de Cleveland. También el canal televisivo MTV ha quedado fascinado por Williams, que lleva grabada en el corazón la vivencia de los crepúsculos matutinos, totalmente desguarnecido.
Asimismo, una investigación preparado por el Observatorio Español sobre Drogas asevera que los altos directivos empresariales son el colectivo que presenta más dilapidación de bebidas etílicas de alta graduación, esto significa ingerir más de 50 centímetros cúbicos de alcohol todos los días. A la zaga se localizan los marineros de pesca, los agricultores, los ocupados del suministro de alcohol y los trabajadores de la construcción. Los más sobrios son los oficinistas, los educadores y los facultativos.
Se ha de reconocer que las bebidas etílicas son el ataque más feroz que sufre la sociedad actual. Una agresión cuyas consecuencias alcanzan todos los estamentos.
Clemente Ferrer
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