Día Mundial de la ELA
El 21 de Junio es el Día Mundial de la ELA. La Esclerosis Lateral Amiotrófica que es una enfermedad neurodegenerativa que provoca la parálisis en todos los músculos del cuerpo hasta que provoca la muerte por problemas circulatorios, alimenticios o por asfixia. La esperanza de vida, una vez declarada la enfermedad, es de 2 a 4 años.
Las facultades mentales permanecen intactas, mientras que el cuerpo se va “apagando”. Muchos enfermos la llaman “la cárcel del cuerpo”, ya que observan, impotentes, cómo van perdiendo el control de sus músculos. Además, es una enfermedad que puede aparecer en cualquier persona, incluso entre adolescentes.
Un rotativo de difusión nacional eligió como carta de la semana, galardonada con una pluma estilográfica, la misiva enviada por Francisco Seva Herrera. Es la siguiente:
“Desde hace aproximadamente nueve meses padezco ELA (esclerosis lateral amiotrófica), enfermedad invalidante, progresiva e incurable, que me impide andar, hablar y mover todo mi cuerpo con normalidad, y que si Dios no dispone otra cosa terminará dejándome paralítico en su totalidad, hasta la muerte en un período de varios años. No sé si serán 3, 5, 10 ó 15, pero deseo expresar que estoy a favor de la vida en todas sus facetas, y estoy dispuesto a navegar «mar adentro» con mi enfermedad el tiempo que haga falta, llevando mi nave hasta su destino final, ayudada por el viento de la gracia de Dios e impulsada por el motor del cariño de la gente que me rodea, que es mucho y muy bueno.
No he visto la famosa película a favor de la eutanasia, que seguramente tendrá mucho valor artístico pero que pregona una cultura «de la muerte», la desesperanza y el abandono. Frente a eso, los que estamos en una situación parecida decimos que sí a la vida, al amor, a la providencia divina. Que la vida siempre merece la pena vivirla, porque es un don de Dios, aunque no se puedan hacer cosas «normales», o tener cosas materiales, pues lo que caracteriza a la persona humana no es su capacidad de movimiento (también la tienen los animales), ni su afán por poseer cosas, sino su capacidad mental y espiritual, como demuestra día a día el Santo Padre Juan Pablo II, con su ejemplo y su coraje en defensa de la verdad y la doctrina de la Iglesia”.
Clemente Ferrer
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