Una serie que no respeta la dignidad humana ni los derechos del niño La impresentable serie “Los Simpson” vuelve a ser noticia ya que, según el “ranking” del semanario “Supertele”, en el último episodio, emitido a primeros de agosto, obtuvo 1.968.000 de adictos espectadores. La productora de la familia de dibujos animados –21th Century Fox– estaría dispuesta a vender capítulos ya estrenados de la zafia serie «Los Simpson» a alguna cadena de televisión, según ha publicado la revista norteamericana «TV Guide». Una operación que han cifrado alrededor de los mil millones de dólares (754 millones euros), con los que la productora seguiría engrosando la serie le viene reportando desde que en 1989 Matt Groening creó la serie para Fox Broadcasting Company. Así, el canal dejaría de tener la exclusividad de los derechos de los dibujos, que han mantenido gracias a un acuerdo firmado en 1993 en el que se acordó que la corrosiva serie «Los Simpson» estarían alejados de la televisión de pago si Fox era capaz de seguir produciendo capítulos en horario de máxima audiencia. El primer rumor de la venta lo destapaba la propia revista que daba la información. «TV Guide». Esta repentina venta estaría explicada por el final definitivo de la serie mas inhumana «Los Simpson» al término de su actual etapa. Una vez finalice el ciclo de Homer y compañía, 21th Century Fox vendería todos sus episodios a un precio de 1,5 millones de dólares por capítulo. Es una serie zafia que no respeta los derechos del niño ni la dignidad de la persona.. “Los Simpson” son un burdo clásico en todas las parrillas de los diversos canales de televisión de casi todo el universo, siempre logra alzados índices de audiencia. A pesar de ello se debe tener en cuenta que, “Los Simpson”, no observa, en alguno de sus capítulos, el respeto a los derechos del niño ni a la dignidad de la humana. Habría que plantear a las autoridades competentes del orbe entero que, se prohibiera su emisión, en los horarios infantiles de todo el mundo ya que programas como éste degradan la institución familiar. Clemente Ferrer