¿Pero quién puede matar a un niño?

¿Pero, quién puede matar a un niño?
Una investigación publicada en el país galo, aclara que mezclar hachís y marihuana con la conducción origina secuelas funestas. Este análisis, ejecutado por el presidente de la Sociedad Francesa de Toxicología Analítica, Patrick Mura, destapa que el 39,6% de los mortales de 20 a 30 años fallecidos en accidentes de tráfico habían dilapidado cannabis. Esta indagación publicada por la revista quincenal “Forensic Science International” y el rotativo “Le Fígaro”, manifiestan que la dilapidación de cannabis ha aumentado entre los conductores adolescentes. Sin embargo una segunda investigación divulgada por la revista mensual “British Medical Journal”, sostiene que el peligro de accidente es mucho mayor por la ingesta de bebidas etílicas que por humear hachís o marihuana. Mura asevera que los mandatarios deben aumentar los controles de tráfico “para que los jóvenes sean conscientes del peligro que el consumo de drogas puede representar en las carreteras”.
Las bebidas alcohólicas exterminan todos los años a 2.000 adolescentes en siniestros de circulación. Los alcaloides originan saturación en las urgencias hospitalarias. El éxtasis provoca lacras mentales. Humear porros acrecienta las secuelas de las drogas. “Las drogas siempre pasan factura. Abre los ojos”. Dice la comunicación del Plan Nacional sobre Drogas, que tiene como finalidad esquivar el derroche de estupefacientes entre los jóvenes.
La droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los alcaloides pueden producir daños, como zozobra, melancolía, brotes psicóticos y tendencias al suicidio. ¿Será esto lo que algunos buscan, en clara línea con la cultura de la muerte?
Que los estupefacientes son una de las plagas de la sociedad de nuestros días, es algo que nadie puede poner en duda. El elevado consumo de drogas ha crecido de una forma alarmante y las autoridades se encuentran desbordadas con este grave problema. La drogadicción ha seducido una gran parte de la población juvenil de todo el mundo. Se están estudiando los medios para terminar con esta lacra social que sólo lleva a la autodestrucción y a la muerte.

Clemente Ferrer