Monday, January 06, 2014
Laeutanasia es un crimen
La eutanasia es un crimen
“Es moralmente indeseable y éticamente malo intentar legislar sobre la supresión de las vidas humanas, inocentes y que toda ley que lo autorice estará sujeta a abusos impredecibles y que es socialmente deplorable y desorientador, tratar de promulgar leyes que aprueben la eutanasia”, asevera el doctor Brian Pollard.
Alemania facilitó el atajo a la ley que aprobaba la eutanasia en la década de los años veinte. Se realizaba entre muchos enfermos terminales en los sanatorios públicos germanos; se invocaban motivos de conmiseración, calidad de vida y la detención del gasto público.
En 1930, Adolf Hitler, legitimó la ampliación de la ley tras la que se realizaban experimentos con personas humanas y se consumaron genocidios. Esto nos debe hacer recapacitar. Cuando se abre
un orificio legal es difícil conocer el momento en el que hay que frenar. Lo que despuntó como una medida humanitaria, hacia los desahuciados, se trocó en algo trágico.
La hinchada de la eutanasia asientan sus teorías en aspectos utilitaristas. Cuando enflaquece el
punto de vista trascendente de la existencia, se mendigan otros términos para especificar el valor moral de la persona, la dignidad de los actos humanos y el ordenamiento moral de la humanidad.
Según la Asociación Médica Mundial y el Colegio Médico Británico, nadie tiene la potestad, ni la prerrogativa, de suprimir la vida a un agonizante y que, por lo tanto, la eutanasia no es ética.
Se debe administrar al doliente la ayuda a través de los cuidados paliativos para alejar la angustia,
en lo que dure su existencia.
Ordenar la práctica de cortar el hilo de la vida, es matar clandestinamente a un mortal, es un asesinato. Por otra parte, sacrificar a un recién germinado con malformaciones, se califica como infanticidio. Estas maniobras están enfrentadas a todos los códigos éticos, médicos y legales y
van en contra de la Declaración de los Derechos Humanos, internacionalmente admitidos.
“Durante mis cinco años dedicados a proporcionar asistencia médica a los enfermos terminales
con cáncer, no hubo ninguno que me pidiera la eutanasia”, asevera el profesor Pollard. Se debe suministrar unos cuidados de calidad a los pacientes terminales. En un mundo ejemplar los
enfermos terminales, al estar bien cuidados, ninguno solicita la eutanasia. La eutanasia gravita en premisas que no respetan la existencia del ser humano, cuya vida depende solamente de Dios.
Un duro golpe a la eutanasia
La eutanasia, entre los dolientes en estado de coma, recibió un duro golpe. El polaco Jan Grzebski que estuvo diecinueve años en estado vegetativo, ocupó un lugar destacado en los medios de comunicación de todo el mundo porque despertó de su larga ausencia física, que no espiritual.
Jan oía las conversaciones de los médicos y sus científicos comentarios de que no sobreviviría. Y él lo único que quería era vivir. Deseaba ardientemente existir y los médicos planificaban su exterminio. Escuchaba todas las conversaciones de los facultativos. Jan estaba vivo y era consciente de todo lo que sucedía a su alrededor.
No es lícito matar a un ser humano para no verle sufrir. Nadie puede asesinar a un ser trascendental, aunque sea un enfermo incurable, agonizante o en estado de coma profundo. Los cuidados paliativos son el remedio para estas situaciones.
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