Agasajar al emigrante
Porteros, dependientes de supermercados, guardas de seguridad, empleados de la hostelería o transportistas. He aquí las profesiones que integran hoy el sindicalismo en la mayoría de los países de occidente.
El sector servicios ha desplazado a los trabajadores de las grandes fábricas en el perfil del sindicalista. Lo cuenta Daniel B. Wood, en The Christian Science Monitor. Los emigrantes, legales y con sueldos no muy bajos, están muy siendo muy halagados por los nuevos sindicalistas,
Entre el 50 por ciento y el 70 por ciento de los que trabajan en edificios como porteros, seguridad, están afiliados a un sindicato. En los Estados Unidos, por ejemplo, 30.000 afiliados trabajan en hoteles y 80.000 en tareas del hogar o servicios sanitarios, que tampoco estaban sindicados.
En estos momentos, los sindicatos trabajan con la Administración para que hoteles, fábricas, grandes almacenes y constructoras que cierren contratos con la ciudad acepten una serie de beneficios para la comunidad y muy ventajosos para los trabajadores locales. Los críticos del sindicalismo de servicios predicen su limitado desarrollo porque hay pocas empresas con un número alto de empleados con bajos salarios y, en cambio, muchos pequeños negocios, cuyos empleados son más reacios a afiliarse a un sindicato.
La coalición es su gran arma. Los líderes sindicales afirman que es la única vía para conseguir un número importante de afiliados y que el gobierno local les tenga en cuenta. Madeline Janis, de Los Angeles Alliance for dice a New Economy, que en los últimos 50 años hemos visto enfrentado el trabajo con el medio ambiente, pero ahora nos ocupamos del trabajo y del medio ambiente.
Publicado en “El Confidencial Digital” el 17 de abvril de 2007
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