Aprender a envejecer
La nipona Yone Minagawa acaba de incorporarse al libro “Guinness de los Records” por sus 114 añadas de existencia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, España consigue una expectativa de vidorria de 80 años, lo que se trasluce en un aumento de más del doble, en cuanto al año 1.900, estando en aquella fecha en los 35 años de vida. Según la misma fuente, casi 900.000 españoles superan los 85 años, y de ellos unos 6.000 han cumplido un siglo.
En el ranking de esperanza de subsistencia en Europa, según el Instituto Mundial de la Salud, España está en el cuarto lugar en longevidad, sólo vapuleada por Suecia, Italia y Francia.
A su vez, el presidente de la Sociedad España de Geriatría y Gerondología, Pedro Gil, relaciona la vejez de los españoles con tres causas: dieta sana, adiestramiento físico y ocupación intelectual. Según Gil la máxima esperanza de existencia de los seres humanos, que viene precisada hereditariamente, es de 120 añadas. Sin embargo, hay elementos periféricos que la menguan, como el estrés, el cigarrillo y la bebida alcohólica.
Por lo tanto, los estilos sanos de vida están espléndidamente determinados: Una actividad física apropiada. Seguir un régimen armónico, sazonado con fibra, vegetales y frutas y, especialmente, bajo en grasas. Proporcionar la medida propicia de calcio. No fumar y recortar la bebida etílica a un vaso de vino en las comidas. Reconocimientos regulares de la dentadura. Huir de la automedicación.
Conviene tener en cuenta que ancianidad no es análogo de estigma o invalidez, como señala Rafael Sánchez-Ortíz, presidente de la Sociedad Navarra de Geriatría: “Cumplir años no significa estar enfermo. Cada vez nos encontramos más con gente muy activa y con un gran potencial para aportar a la sociedad”.
No podemos olvidar que cada mortal envejece como ha vivido, esto es, si a lo largo de su existencia ha cuidado las normas de prevención y una calidad de vida excelente, su ancianidad será inmejorable.
El centenario adagio “mente sana en cuerpo sano”, que alienta a criarse en buena forma física y mental, cobra relieve a medida que concluyen las añadas. Según el gerontólogo Ulman Lindenberg, del Instituto Max Planck de Berlín, “quienes practican regularmente actividad física presentan menos debilitamiento en las regiones cerebrales más propensas al envejecimiento, que los que se mantienen inactivos”.
Para ejercitar la imaginación es muy aconsejable instruirse en cosas inéditas, como aprender un dialecto, un artefacto musical, un entrenamiento físico, especular y redactar. El mortal que no es amo de su vidorria, tampoco lo es de su hora suprema. La longevidad no debe inducir a la desesperación ni a la demanda de la defunción, ya que nadie es dueño de su propia vida..
Además, la vida constituye un don de la naturaleza; pero una subsistencia armoniosa es un don de la sabiduría.
Confucio afirmaba: “Aprende a vivir y sabrás morir bien” y por otra parte, Arthur Schopenhauer aseveraba que: “La vida es una guerra sin tregua y morimos con las armas en las manos”.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
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