China hostiga a los católicos

China hostiga a los católicos



El creador para China de las Sociedades Bíblicas Unidas, afirmó que “lo que ha sucedido con la Biblia en China es un milagro”, asevera, “hace cuarenta años, durante la revolución cultural, se prohibió la Sagrada Biblia y se confiscaron todos los ejemplares existentes. Sin embargo hoy se conservan más ejemplares de la Biblia, de manera no oficial, que de cualquier otro libro. La Biblia es el libro de más venta en China”

Una investigación, efectuada por la Universidad Normal de Shangai, estima en trescientos millones el número de creyentes. China cuenta con algo más de 100 millones de fieles de alguna religión, de una población evaluada en 1.300 millones de vecindario, dispone de más de 85.000 asentamientos concretos para la ceremonias religiosas, 300.000 eclesiásticos de las diferentes confesiones y más de 3.000 instituciones religiosas.

Por otra parte, la Constitución de la República Popular China reconoce, administrativamente, “la libertad de creer y la libertad de no creer”.

Por lo que respecta a la frágil y especial situación de los católicos, se registran lánguidos avances, aunque las relaciones entre el Gobierno de Pekín y la Santa Sede siguen sufriendo altibajos. El primordial obstáculo continúa estando en la “Iglesia Patriótica China”. Este cisma erige a sus propios prelados y clérigos y les proscribe reconocer la potestad del Romano Pontífice.

El obispo chino Julio Jia Zhiguo, perteneciente a la Iglesia Católica clandestina, no reconocida por las superioridades del terruño, fue detenido, según la agencia de noticias Asianews. El purpurado, de más de 70 años de edad, había sido arrestado porque organizaba unos eventos para esclarecer la carta que el Papa Benedicto XVI mandó a las jerarquías chinas. Dicha carta se puede ojear en la página web del Vaticano, en chino. Con ésta, son más de una decena, las veces que ha sido encarcelado, el obispo, desde enero de 2004.

El documento papal era una invitación a la unidad eclesiástica. Benedicto XVI exponía hallarse abierto a una entrevista con los mandos civiles y diligente para descubrir una solución a las dificultades que afligen a los católicos chinos.

Tras el envío de la carta, once presbíteros de la iglesia china, en comunión con la Santa Sede, fueron apresados en el imperio del sol. Jia Zighuo ha soportado 15 años de su vida en penales asiáticos, y después de su ordenación episcopal ha sido incomunicado en muchas ocasiones.

Según la Fundación Cardenal Kung, “Cualquier persona que venía a visitar al obispo era arrestado; un sacerdote y un laico que le visitaron, fueron encarcelados e interrogados durante ocho horas, antes de ser puestos en libertad. También el padre Wen Dnoxiu, de la ciudad de Baiwanghi, en el condado de Qingyuan, después de celebrar la Santa Misa fue apresado y llevado a las dependencias policiales.


CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
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