CÓDIGOS ÉTICOS
Códigos de conducta y ética publicitaria tenemos muchos, pero ¿sirven para algo más que para tenernos contentos y aliviar nuestras conciencias?
En la práctica, ¿qué es más importante, el dinero o la ética?, ¿el fin o los medios?, ¿los códigos o la consecución de objetivos de beneficio? ¿La verdad o “mi” verdad? Propuesta para estudiar si merece la pena su batalla. Y que actuemos en consecuencia.
La publicidad tiene en nuestro tiempo una notoria incidencia en la dinámica social y en los comportamientos de los públicos, que pueden adquirir hábitos y costumbres mediante la recepción de los mensajes publicitarios difundidos. En ocasiones, dichos mensajes, referidos a productos cuyo consumo o abuso es nocivo para la salud humana. En otras, actúan de forma indirecta o de modo subliminal. La opinión pública puede mostrarse favorable a la regulación de la publicidad de todo aquello que puede causar, directa o indirectamente, un daño a las personas o a la sociedad. Pero la libertad del ser humano es mucho más profunda como para que pueda perderse por el solo hecho de que un mortal contemple un anuncio publicitario. Será, como otras veces hemos apuntado, cuestión de criterio, aunque no es menos cierto que la publicidad llega a todo el mundo.
La buena publicidad, técnica y deontológicamente considerada, no tiene ninguna necesidad de recurrir, bajo ningún concepto y en ninguna circunstancia, a métodos subliminales para alcanzar sus objetivos, porque la intimidad, la dignidad y los derechos del ser humano deben merecer el mayor de los respetos. Y especialmente a todos los profesionales que se afanan en su tarea diaria en este mundo maravilloso, pero peligroso, de la publicidad.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
Pantoja, 14
28002-Madrid
telº 914137873
Nif: 20285521 G
E-mail: clementeferrer@yahoo.es
No comments:
Post a Comment