Los niños y la televisión

Los niños y la televisión



La televisión, un valioso instrumento que sirve para distraer, informar y comunicar, si no se utiliza con la cautela debida, especialmente en lo referido al público infantil, se puede transformar en algo dañino.

Las cadenas televisivas siguen difundiendo programas notoriamente inconvenientes para los menores, tanto por los argumentos tratados como por la forma de tratarlos, vulnerando así el Código de Autorregulación rubricado entre el Estado y todas las televisiones, tanto públicas como privadas.

Según una investigación realizada por el Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales, se está quebrantando el mencionado Código de Autorregulación. Este informe muestra imágenes, seriales y filmes emitidos en la banda horaria de superprotección, de 8 a 9 de la mañana y de 5 a 8 de la tarde, con mensajes carnales y agresivos.

Otro de los colofones, los magazines y la telerealidad, difundidos por la tarde, son el fundamental foco de espacios impropios para los menores, ya que se arenga sobre infidelidades, traiciones, insultos, talantes sexistas, racistas e intolerantes, tono impropio y soez, enfoque procaz del erotismo y altas dosis de violencia.

También las cadenas de televisión han violado su obligación de comunicar a la población sobre la subsistencia del Código de Autorregulación y sobre las oportunidades de presentar reproches contra los contenidos inconvenientes.

Según José Luis Roig “debemos tomar conciencia de que hay contenidos televisivos que pueden ser inadecuados para los niños y hay que asumir la responsabilidad de elegir los más idóneos para cada edad. Por ello es importante ver la televisión con los hijos y aprovechar el potencial que tienen éstos para crear una comunicación familiar en torno a los programas ya que las cadenas nunca cierran sus emisiones, pero nosotros sí debemos cerrar la pantalla de casa para disfrutar de otras emociones. La televisión es maravillosa, incluso para los menores, siempre que la utilicemos con inteligencia”.

Los chavales que visionan más de dos horas al día la televisión, abaten una mayor cantidad de calorías y son proclives a la obesidad, según los respectivos estudios del Instituto de Salud Pública de Harvard y de la Universidad de Michigan.

Habrá que buscar otras formas de pasar el tiempo libre, si no queremos formar una sociedad reduccionista y sólo preocupada por la contemplación de la realidad, por supuesto, de la realidad ficticia.



CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad