Inyección letal
Los Gobiernos de 22 países ajusticiaron, durante el pasado año, 2.148 reos a la pena capital y recluidos en el corredor de la muerte. Mientras se visan 5.186 sentencias de pena de muerte en 53 naciones que han puesto en funcionamiento el péndulo de la aniquilación en un tétrico avance que cuelga sobre las vidorrias de los condenados, informa Amnistía Internacional. También señala que todavía se hallan 20.000 seres humanos a la expectativa de ser inmolados.
China tiene el trágico primer lugar en el ranking de ejecuciones. Los poderes públicos de Asia mataron, el pasado año, a 1.770 ciudadanos.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional en Estados Unidos, William F. Schulz, indicó que “por todo el mundo, los funcionarios públicos se dan cuenta de que las muertes patrocinadas por Gobiernos son injustas e ineficaces, son una forma cruel e insólita de venganza que no tiene ningún efecto disuasorio”
Los modos para consumar las disposiciones de pena de muerte, en Estados Unidos, radican en una inyección letal, la silla eléctrica o el fusilamiento. En Arabia Saudí se utiliza la decapitación, mientras que en irán la horca o lapidación. En Somalia fue preparado una escena dantesca; en una escuela coránica, un sacrificio público ordenado por un tribunal islámico, bajo la ley del Talión que sentencia al condenado a ser ajusticiado de la misma forma en que realizó el homicidio. El primogénito del padre asesinado mató al convicto: “Él apuñaló a mi padre siete veces, y yo lo apuñalé siete veces. Me siento vengado”, manifestó.
En Estados Unidos la pena de muerte intenta solucionar sus aprietos sociales mediante la violencia. El cardenal arzobispo de Washington, Theodore McCarrick afirmó: “No podemos enseñar que matar es malo matando. No podemos defender la vida acabando con ella”.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
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