Friday, July 02, 2010

Juguetes de baja calidad y peligrosos

Juguetes de baja calidad y peligrosos
Ante la llegada de los Reyes Magos procedentes de Oriente, siguiendo la estrella de Belén, los progenitores deben estar solícitos a lo que sus chiquillos anhelan que se les agasaje.
Muchos juguetes constituyen un peligro para la salud, excitan la violencia, bloquean a los críos y se tornan inactivos y caprichosos, los relacionan con héroes que suscitan malos hábitos alimenticios, empujan al sexismo, el consumismo y estilos de vida malvados. Todo esto hay que meditarlo antes de adquirir juguetes para los hijos.
Evitar los juguetes tóxicos, no se deben comprar productos fabricados con plástico que los pequeños puedan llevarse a las tragaderas, ya que se utilizan néctares que se despegan y son cancerígenos. También se deben eludir los juguetes que incluyan partes pequeñas desprendibles y que pueden ser engullidas por los pequeños y causar su muerte, por asfixia.
Por el contrario, se deben adquirir juguetes inteligentes ya que se ha comprobado que los fabricados que ayudan al avance intelectual de los chiquillos son de un gran provecho.
Antes de comprar un juguete conviene preguntarse: ¿Es seguro? ¿Ayuda a mi hijo a interactuar positivamente con los demás? ¿Promueve la armonía o la violencia? ¿Le permite desarrollar su creatividad o la limita? ¿Le da elementos para desarrollar su intelecto?
Se podría concluir afirmando que en los últimos años están proliferando en el mercado internacional una serie de vehículos destinados a los niños que funcionan con motores eléctricos y gasolina, que se venden como juguetes y no lo son. Se fabrican, principalmente, en China. Son de baja calidad y muy peligrosos. Son recomendados para chavales de más de ocho años. En realidad podrían ser juguetes asesinos. En algunos países se está tomando la decisión de prohibirlos.
La formación y educación de los hijos requiere la actuación y el esfuerzo constante de los padres. Tratar de suplirlo con videojuegos es buscar algo tan utópico como conseguir una máquina para educar.

Clemente Ferrer

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