Una vejatoria blasfemia
Madonna torna a perturbar con su nueva gira. Su vestimenta de inspiración sadomasoquista, la agresión libidinosa de sus danzas, su crucifixión en el tablado avalan el espectáculo y las recensiones.
Una vez más la estrella del pop, de 47 años, ha reivindicado su carrera con su primer periplo bautizado con el nombre de “Confessions”.
Son dos horas de canciones, coreografía y libertinaje, que parten con la diva bajando, con las extremidades en cruz y una corona de espinas sobre la testa, en un imponente crucifijo construido con vidrios de discoteca. De esta forma representa el poema “Live Tot Tell” al mismo tiempo, atrás, aparecen rostros de niños que padecen.
Según el rotativo “Los Ángreles Times”, la representación “va más allá de la herejía”. “Es más que una blasfemia”.
La Iglesia de Inglaterra ya ha manifestado su repudio. “¿Porqué alguien con tanto talento tiene la necesidad de promocionarse ofendiendo a tanta gente?”, en un comunicado difundido en Londres..
La carrera de injurias es tan larga como la discografía de una solista que, en 1989, fue calificada “blasfema” por la Iglesia Católica, con ocasión del video de “Lke a Prayer”.
Para inflamar los talantes del orbe católico, arribaba al Vaticano la invitación sarcástica de su portavoz al Papa Benedicto XVI.
Por otra parte, en las paredes de la catedral del Duomo de Milán se ha ubicado una enorme efigie de la solista según comunica “Il Corriere della Sera”.
Madonna lleva a cabo una vejatoria blasfemia contra el símbolo de la Iglesia Católica: la crucifixión de Jesucristo.
CLEMENTE FERRER ROSELLO
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
Madrid
20285521 G
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