Friday, April 09, 2010

Las secuelas de la drogadicción

Las secuelas de la drogadicción

La droga es el ataque más grave que sufre la sociedad actual. Un ataque cuyas consecuencias alcanzan a todos, pero son especialmente víctimas los jóvenes, el caudal más valioso. Se emitió una campaña destinada a los jóvenes, en edad escolar, avisándoles de los peligros de la droga, bajo el lema: “Drogas. ¿te la vas a jugar?”, la acción apela a la responsabilidad de los adolescentes y pretende generar "una cultura de rechazo a las drogas".

“Las drogas son ilegales porque son peligrosas, no son peligrosas porque sean ilegales”, aseveró en una conferencia Antonio Maria Costa, director de la Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito.
Por otra parte, la redactora Nicky Taylor que entraba en un plan, con el que la cadena televisiva BBC del Reino Unido, anhelaba indagar lo perjudicial que es humear estupefacientes. Taylor se sintió aterrorizada. Estaba tan asustada que no podía levantarse de la silla. Ése ha sido uno de los momentos más horribles de su vida. Se trataba de saber cuáles son las secuelas que la droga fustigaba en su cerebro; quería saber si la droga lleva a la locura. Partió para Holanda y empezó a trajinar en una de las tabernas legalizadas para comerciar narcóticos.
Se propuso ensamblar un mueble, cuando ya estaba drogada y terminó en el sofá, sin sentido, con todas las piezas del armario esparcidas por el suelo. La droga había acabado con su capacidad de raciocinio. Luego de un mes humeando cannabis, "sentía como si mi cerebro se hubiera convertido en un líquido viscoso"
El consumo de estupefacientes produce un deterioro físico y psíquico que transforma el paraíso de unos instantes en un prolongado e insoportable infierno. La droga es un camino de ida, sin retorno.

También se divulgó otra campaña bajo el lema “Todo tiene un precio”. Intentaba concienciar a la sociedad sobre la presencia de los estupefacientes como un producto que lleva al despilfarro. La idea creativa descansa sobre la aseveración: “Lo más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son”.

La población compradora está comprendida entre los 15 y 64 años. La droga se trajina en un entorno marginal de indigencia y malaventura. Son mas de mil chamizos en los que residen otros tantos clanes que vegetan en situaciones quebradizas.

En los suburbios de chabolas pocos alcanzan las cuatro décadas de vida. Se conservan más de 2.000 tugurios clandestinos y unos 40.000 mortales de distintos parajes. Lo endeble y frágil de las edificaciones, la escasez de manga de agua potable, de luminaria y de las exiguas condiciones sanitarias, más la depauperación, son el entorno rutinario. Asombra mirar a los críos contentos, andrajosos o desnudos, indiferentes a su cruel realidad, retozando entre la bazofia y los acopios de basura. El espectáculo es tan dantesco que estremece el corazón.

Una humanidad aparte es la que brota en sus ajados moradores, que renunciaron a la lucha por su acomodo. Con el estigma que provoca la droga, la fijeza hueca, y apenas sin mantenerse firmes, se mueven amasando jeringuillas usadas.

Las ganancias del trajín de las drogas ha conseguido unas cuantiosas cifras en cada lance, provenientes de los mas de tres mil drogadictos que han aparecido en los mas de 70 asentamientos de transacción.

La droga cuanto más se consume más imperiosamente se necesita, el vendedor engaña al incauto comprador asegurándole que le llevará al paraíso, pero se calla el precio que deberá pagar; su propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico, que transformará, el placer de un momento, en un insufrible suplicio.

El vacío de Dios, ¿no lleva a la desesperanza? La desesperanza conduce a la deshumanización. El hombre sin Dios se deshumaniza y se hace enemigo hasta de sí mismo.

Asimismo, Laura y Javier han aprendido una de las enseñanzas mas punzantes de su existencia. Ella con 18 años se aficionó al “speed” y a las anfetaminas. Pronto el capricho de la cocaína la devoró. Ahora a los 25 años está culminando una terapia de deshabituación. Él, con 22 años, arrancó ligando con los porros y acabó embaucado por la cocaína.

De las drogas nadie está libre. Cada día llega un mayor número de menores, un 63,5%, en busca de un plan de deshabituación. “Las drogas siempre pasan factura.” Dice la comunicación publicitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo, dentro del Plan Nacional sobre Drogas.

La droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los narcóticos puede producir daños como zozobra, melancolía, brotes psicóticos o tendencias al suicidio.

Los estupefacientes son una de las plagas de la sociedad de nuestros días. La elevación de los índices de consumo de drogas ha crecido de una forma alarmante y las autoridades se encuentran desbordadas con este grave problema. La drogadicción ha tomado carta de naturaleza en una parte de la población juvenil de todo el mundo.

Clemente Ferrer is the President of the European Institute for Marketing, Communication and Advertising.

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