2.000 millones de asesinatos
El desconcierto sobre la vigente legislación sobre el aborto es gigantesco. La muerte se puede practicar hasta una hora antes del parto y una vez nacido también podría ser descuartizado, dado que la persona no lo es hasta su registro en el Registro Civil, según nuestra legislación. La norma de hace treinta años, que ha provocado 107.000 asesinatos en España a lo largo de 2007, ha trocado a nuestra patria en el infierno internacional del aborto.
Una ley que consiente cualquier tipo de interrupción voluntaria del estado de gravidez durante los cuatro primeros meses, sin necesidad de acogerse a ningún supuesto. Se estima que desde 1973 se han inmolado, en todo el universo, 2.000 millones de seres humanos, inocentes e indefensos.
Si una mujer fecundada intentara eliminar a su benjamín de siete meses, a una criatura en la que se despuntan todos los miembros de su diminuto cuerpo. Ese hurgar debe ser evitado, reviviendo los vocablos de Julián Marías: “Lo peor de esta sociedad no es el aborto, sino la aceptación social del aborto”. Nos hemos habituado a la crueldad y coexistimos con ella con una macabra adhesión.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
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