LA PUBLICIDAD SUBLIMINAL ¿EXISTE?
Dicen que la publicidad subliminal comenzó con la Coca-Cola, cuando a modo de experimento se introdujo en una película, en multitud de momentos imperceptibles para el espectador, una serie de fotogramas que incitaban a consumir esta bebida refrescante. En aquella ocasión, a la salida del cine, los espectadores consumieron, en mayor cantidad de lo habitual, este refresco.
El tema de la publicidad subliminal es polémico. Incluso en no pocas ocasiones se niega, por parte de los publicitarios y los estudiosos de la comunicación, su misma existencia, ya que sería el método más empleado por los publicitarios.
Otros entienden que la publicidad subliminal está presente a diario en nuestras vidas y algunos añaden que las emisoras de televisión del mundo occidental producen continuamente mensajes subliminales.
Un español medio dedica casi cuatro horas al día a ver la televisión. La enorme cantidad de imágenes que recibe es el adecuado momento para el desarrollo y la expansión de la publicidad subliminal.
Es curioso comprobar como los gobiernos prohíben este tipo de publicidad, sin saber exactamente si existe. Parece que tuvieran un deseo oculto de regular aquello que está fuera de la consciencia individual y colectiva.
Hace unos años, algunos estudios demostraron la existencia constante de lo subliminal en la actividad publicitaria, pero también hubo otros ensayos y experimentos que pretendían demostrar que la publicidad subliminal no produce ningún efecto sobre las decisiones de compra ni sobre el grado de notoriedad de los productos anunciados.
Puede que estemos ante una gran paradoja. Lo subliminal no existe, no produce un efecto mayor que lo no subliminal, pero es objeto de debate y controversia, de sesudos análisis y estudios, de confrontaciones intelectuales y de prohibiciones legales. ¿En qué quedamos?
Clemente Ferrer Roselló
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
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