MENTIRA MANIPULADORA
Me resulta especialmente preocupante el uso sistemático de la mentira en la propaganda política, fruto de una larga tradición.
Baste para ilustrar esto el siguiente ejemplo: “Antes de la guerra Hitler inició en Berlín gigantescos trabajos urbanísticos. El plan incluía un inmenso palacio para la Cancillería, una sala de reuniones de 150.000 plazas, y una avenida más ancha que los Campos Elíseos de París. De este modo pretendía instalar el nacional-socialismo para siempre. Y en 1940 exigió que los trabajos prosiguiesen, aunque el país había entrado en guerra. Dichos trabajos provocaban el derribo de viviendas y requerían cuantiosos fondos. Se necesitaban 84.000 toneladas de hierro por año. Y como la opinión pública hubiera podido desaprobar estos gastos de ostentación en tiempos de guerra, el plan fue bautizado como: “Programa de Guerra sobre las Vías Fluviales y los Ferrocarriles de Berlín”. Está tomado del libro “La mentira en la propaganda política y en la publicidad”, de Guy Durandin, al que también pertenece el siguiente caso, de tiempos más recientes: “En junio de 1979, durante el viaje del Papa Juan Pablo II a Polonia la radio y la televisión polacas recibieron consignas muy estrictas de los especialistas en propaganda del Comité Central del Partido Comunista, y sólo cubrieron tres acontecimientos: la llegada del Papa con la recepción en el Palacio del Belvedere, ofrecida por la Dirección del Partido Comunista y del Estado, seguidas por la misa y el depósito de una ofrenda floral sobre la tumba del soldado desconocido en Varsovia; la visita a Auschwitz y, finalmente, la ceremonia de partida en el aeropuerto de Cracovia. Los realizadores y cámaras se las arreglaron para mostrar siempre a Juan Pablo II rodeado de árboles, religiosas, grupos corales, miembros de la Iglesia y a veces de unos cuantos viejos, pero nunca de las inmensas multitudes que aglutinaban a varios cientos de miles de personas.”
Clemente Ferrer Roselló
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