Friday, September 02, 2005

largometrajes y publicidad

LARGOMETRAJES Y PUBLICIDAD


Uno de los temas de debate en el mundo de la publicidad es el de la publicidad emitida durante la proyección de películas en los diversos canales de televisión. En España han existido muchas voces que se han alzado en contra de la interrupción de los filmes cinematográficos para emitir bloques de “spots” publicitarios. No pocos directores y productores de cine han protestado contra lo que consideran una intromisión de la publicidad en la exhibición de sus películas. Y en parte han ganado la batalla, puesto que las diferentes cadenas anuncian como emisiones estrella de su programación, siempre fuera de horarios de audiencia relevante, el cine “sin cortes”.
La polémica tiene una sabrosa historia. Uno de los hitos históricos del debate tuvo lugar en Italia, donde se decidió prohibir los espacios publicitarios durante el tiempo de emisión de las películas en los canales televisivos. Para el, entonces, director Federico Fellini, “era una noticia estupenda” y añadió: “Es necesario defender el trabajo de los demás de las agresiones salvajes. Pero es sólo el primer paso, pues la publicidad debe desaparecer de todas las películas”. No acaba de entenderse la radicalidad de esta postura, como tampoco la eficacia de la prohibición aprobada a tal fin. Es muy posible que una postura moderada puede dar satisfacción a las partes en litigio. Está claro que una superabundancia de publicidad puede acabar con el interés de la película proyectada y llegar a afectar a su discurso narrativo. Pero también hay que tener en cuenta que la publicidad es una de las líneas de fuerza del negocio televisivo y que debe estar presente en los espacios cinematográficos.
No parece que uno o dos cortes publicitarios a lo largo de una película resulten tan perjudiciales como para impedir seguir un filme ni destrozar la significación de sus mensajes. Si esto fuera así, también vician el correcto sentido de las películas, su propia emisión televisiva y las condiciones de recepción. Si llegamos al límite, las películas son para las pantallas de las salas cinematográficas y su emisión en la televisión les hace perder siempre, en mayor o menos medida, algo de la narración original. Es deseable que este asunto se estudie en profundidad. Y es preciso que todos los interesados lleguen a un acuerdo.

Clemente Ferrer Roselló
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad

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