Laicismo anticlerical
El Gobierno e Zapatero legisla contra la moral natural, contra la recta razón, contra la dignidad de la persona y contra la ley de Dios. Legislación que niega la existencia de un ser creador.
Existen unas éticas fundamentales e irrenunciables que son la esencia del orden moral. Es necesario oponerse a todas las leyes que atenten contra la vida, esto es, el aborto, la eutanasia, los embriones humanos, la familia, la educación de los hijos, la libertad religiosa...
No se trata de valores confesionales sino de exigencias éticas radicadas en el ser humano y que pertenecen a la ley natural.
Ante todo lo expuesto la laicidad debe entenderse como autonomía de la esfera civil y política de la esfera religiosa y eclesiástica, pero nunca de la esfera moral.
Cuando se elimina la moral de la política es fácil caer en el laicismo anticlerical. “Verdad y libertad, o bien van juntas o juntas perecen miserablemente” ha escrito Juan Pablo II.
Por otra parte negar la legitimidad de actuar en política a los cristianos de acuerdo con sus convicciones sería incurrir en una forma de laicismo intolerable que llevaría a destruir el principio de la intangibilidad de la vida humana.
Los católicos, por lo tanto, deben oponerse a toda ley injusta que atente contra la vida humana, contra la fe, contra la moral cristiana. Zapatero debe tutelar el derecho primario a la vida desde su concepción hasta su término natural y no amordazar las conciencias ni destruir la fuerza vital de la religiosidad y de la fe.
Por último no debe olvidar que la libertad religiosa forma parte del bien común que, el Gobierno, debe proteger y fomentar.
CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad
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